El pasado día 30 de Septiembre tuve la oportunidad de asistir al simposio realizado en el Centro de Regulación Genómica (CRG), en Barcelona. El CRG, para todos aquellos que no lo conozcan, se encuentra en el entorno del Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB) y está considerado uno de los centros de investigación biomédica más innovador y de gran excelencia. De ámbito internacional, su enclave es más que exquisito, ya que desde el mismo instituto, uno puede admirar la belleza y magnitud de unas vistas abocadas directamente al mar des del Puerto Olímpico.
Así pues, el simposio trató sobre “Single Cell Genomics” o lo que es lo mismo, “Análisis genómico en una sola célula” que consiste en el estudio genético de las células a nivel individual. Su importancia radica en una mayor comprensión de los fenómenos biológicos ya que permite conocer la composición celular de los tejidos complejos, estudiar el genoma de haplotipos (combinación de las diferentes variantes de genes transmitidos juntos) o bien, descubrir nuevas especies microbianas.
Diferentes ponentes se dieron cita, pero me gustaría destacar a James Hicks, profesor investigador en genética del cáncer, en el Cold Spring Harbor Laboratory, US y vicepresidente de la ciencia y director del GenDx, IC, empresa de diagnóstico del cáncer, con sede en Nueva York. El señor Hicks habló de la importancia de establecer un perfil genómico en las células individuales para poder seguir la progresión en pacientes con cáncer (atención a la posterior aplicación de tratamiento que ello podría conllevar).
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), el cáncer es la primera causa de mortalidad mundial, con un total de 7.6 millones de defunciones registradas en 2008 y la cifra sigue en aumento. Por lo tanto, las tecnologías aplicadas al estudio genético de células individuales, podrían permitir no sólo una detección temprana de células tumorales poco frecuentes, sino también un seguimiento de la progresión de la enfermedad, orientación de la quimioterapia (posible detección de clones extraños resistentes a la quimioterapia) o la medición de la heterogeneidad intratumoral, entre otros.
Tarea ardua pero no por ello imposible, el gran reto queda pues en convertir estos métodos de estudio de una sola célula en técnicas aplicables a la clínica. Como siempre, la ciencia innovando y aportando soluciones.
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